Microescala: eliminación de disolventes en pequeñas cantidades

La forma habitual de eliminar un disolvente es con un rotavapor. Con matraces de fondo redondo y boca esmerilada de volumen adecuado (5 ml o 10 ml, por ejemplo) se puede eliminar a presión reducida un disolvente. No obstante existen otras alternativas:

  • Mediante corriente de gas. Se calienta el recipiente en un baño de agua y se fuerza la evaporación del disolvente mediante una corriente de gas. Es aconsejable que sea un gas inerte como nitrógeno, ya que el oxígeno del aire puede oxidar a muchos compuestos. Esta operación debe llevarse a cabo en vitrina de gases para evitar acumulación de vapores peligrosos o nocivos en el lugar de trabajo.
  • Por aplicación de vacío. En la Figura, se recogen diferentes opciones para eliminar un disolvente a vacío a pequeña escala.

 

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